Mientras escribía,
recordó revisar sus mail. Se sorprendió al ver que la invitaban a la feria del
libro de un país muy cercano al suyo para que presentara su novela.
Salto de la silla, y tomo
a su amiga entre su dedos y juntas bailaron y festejaron la noticia. El insecto
alado, comenzó a inundar el sitio de diversos colores brillantes que
centellaban todo a su paso.
“ Ire a preparar mi bolso. Amo viajar y mi libro esta haciendo que cumpla
con uno de mis placeres mas anhelados. No conozco ese país. Pero se que lo voy
a disfrutar muchísimo. Te pensare. Serán tan solo unos días. Te dejare
preparada la comida y la ventana abierta apenas por si decides volver con los
tuyos.” Le dijo a su acompañante con los ojos un tanto vidriosos.
Llamo a su editor para darle la noticia e
imprimió el boleto de avión que la empresa le había obsequiado. No tenia excusas
para faltar a ese gran evento.
Se dirigió a la habitación, abrió su placar y
dijo:
“Para la ocasión,
vestiré pantalón rosa, con una remera y
un blazer haciendo juego. Usare zapatos cómodos, los balerina seran los indicados.
Ya que pasare mucho tiempo en la feria y quiero estar lo más cómoda posible.
Llevare dos pares de estos. Estamos en
otoño es ideal el clima. Y allí también lo es. Por lo que pude averiguar no hace ni mucho frio, y tampoco demasiado
calor. Bien teniendo presente el conjunto para la primera exposición, después veré
como se da todo para armarme el resto. Serán 4 dias, en un nuevo país, antes de
mi gran viaje al continente Europeo. Empacare 100 ejemplares. Y sé que los venderé todos!
Comprare mucha fruta para ti cuando regrese. Enormes licuados naturales,
serviré para nosotras para que Festejaremos mis logros que ahora también se
convierten en los tuyos. Espero no olvidarme nada.”
El vuelo fue corto y muy
relajante. Llego, poso sus pies en el asfalto y lo encuentro húmedo. Señal que había llovido. Pero ni secuelas de la
tormenta, ya que el sol brillaba con intensidad y la brisa refrescaba su
cuerpo.
Mientras caminaba por las
bellas y tranquilas calles, una niña, que venía corriendo, la salpico con una
baldosa rota y le mancho su pantalón recién estrenado.
Miranda, dijo una palabra
subida de tono y miro a la niña, quien con ojos dulces se acerco y le dijo:
─ Perdón!─ con la carita triste.
Ella, la miro y al
descubrir su ternura, se acerco diciendo:
─No te preocupes, ahora
saco un pañuelo y lo limpio. ─ acariciando su cabeza..
La infante le regalo una
sonrisa. Y en ese mismo momento un hombre se acerca y le exclama a la niña:
─ Que rápido corres! Discúlpela
señorita, es un tanto traviesa.
Miranda que estaba con la
cabeza hacia abajo intentando quitar la mancha, arquea su mirada pues esa voz le resultaba conocida y cuando
mira al hombre, queda pasmada. Era
Emilio.
Los dos estaban absortos
de su alrededor mirándose, y la menor quedo entre ambos, observándolos sin entender
nada.
─usted!─ dice ella.
─usted!─ dice el.
─Veo que mi pequeña princesa
le ha jugado una broma.─ dijo el hombre esbozando
una sonrisa.
─ Fue sin querer, venia
corriendo y salpico con una baldosa rota, no es nada, ahora busco un bar en
algún lugar y me quito la mancha. ─ dijo la escritora, prácticamente sin mirarlo.
Cuando estaba a punto de
retirarse, el joven ilustrador la detiene diciendo:
─Vivo a una cuadra de
aquí. Este es un barrio en donde no hay demasiados negocios, va tener que caminar
mucho para encontrar uno. Le ofrezco mi baño y un producto que quita todo tipo
de manchas. Además me siento en deuda, por que mi quería hija la mancho.─ palabras de Emilio.
La joven al escuchar
estas palabras quedo muda y abrió sus ojos cual búho, pensando para sus adentros “es su hija, el muy cretino es casado y
coqueteaba conmigo”
─No es necesario gracias─ dijo ella cortante.
La nena tomo su mano y le dijo:
─Vení, la casa de mi papa
es re linda, tiene muchos libros.
La idea la seducía, pero
no sabia si eso era correcto. La pequeña la empujo y le insistió y sinceramente
su bella mirada la convenció.
Emilio, tomo a su hija y
la subió a los hombros y camino al lado de Miranda en silencio.
Al llegar, la pequeña
corrió y se tiro en el sofá a ver
dibujos animados.
Miranda estaba muy
nerviosa y miraba para todos lados esperando ver a la mujer de la casa. Pero
mas bien parecía la casa de un hombre soltero. Tampoco percibió la cama
matrimonial. Se trataba de un ambiente, era claro que allí no podía vivir una
familia.
Emilio, le ofreció algo
de tomar y ella solo quería ir al toilette, a quitarse la mancha e irse.
Por lo que el ilustrador
le indico el camino. No era difícil darse cuanta donde estaba ya que todo se
encontraba en el mismo ambiente. Pero se mostró atento y galante. Le acerco el
quita manchas, y ella se lo froto en su pantalón, mientras leía el prospecto
que indicaba dejarlo secar un rato y luego enjuagar.
Así que se acerco para devolvérselo y la niña, tomo su mano y la invito a leer un cuento.
─ Sabias princesa, que es escritora, y una muy buena. ─Dijo el mirando a la pequeña.
─Leeme un cuento.─ expreso la nena y le deposito un texto a Miranda.
La joven no sabía porque
razón, le decía todo que si a esa criatura. No se podía negar a nada.
─ Solo un poquito, pues tengo
un importante compromiso.─ contesto la escritora acomodándose
en el sofá de cuero marrón, muy cómodo y sentando a la nena a su lado.
Mientras la mujer leía el
cuento, Emilio preparaba el almuerzo para su adorada criatura, pero no podía
quitarle los ojos de encima a esa mujer que mágicamente encontró a una cuadra
de su casa. Le enternecía ver la escena de esa dama, junto a su pequeña. Le
encantaba la imagen que devolvían sus ojos, y se sentó a contemplar el momento
sin hablar para retratarlo en su memoria por un largo tiempo.
La niña comenzó a
cabecear, y su padre la tomo entre sus
brazos y la recostó en la cama.
─ Veo que mi voz pausada
la adormeció. Es algo que me pasa con frecuencia. Gracias por la hospitalidad
debo irme tengo un compromiso.. ─ Dijo ella enfilando su paso hacia la puerta.
El la detiene en el
camino diciendo:
-Espera! todo esto es muy
extraño, que haces por acá?
─Me invitaron a exponer mi
novela en la feria del libro, y la verdad hasta este momento, no me había
percatado que era por tus pagos. Igual la ciudad es tan grande que, no esperaba
encontrarte. ─Dijo ella, mirándolo con
distancia.
─Pero nos encontramos, de
casualidad o causalidad. Llámalo como quieras, pero la vida nos volvió a
encontrar. ─dice el acercándose. ─quédate un rato y tomate algo, por favor...
Ella no entendía que le
pasaba con ese hombre, parecía que era un hechizo familiar, la mirada de su
hija y la de el eran como una varita mágica que se encendía y ella no
encontraba excusas para apagarla.
─ Esta bien, fuiste muy
cortés conmigo y me ayudaste con la mancha en mi prenda. Pero en una hora tengo
que estar en la feria y no me puedo demorar.─ palabras de Miranda, que se saco el bolso y lo dejo en
el sillón, paso seguido a sentarse y esperar por su bebida.
Ella, se sentía muy
cómoda, la casa de ese hombre era muy cálida y el olor del ambiente era
riquísimo.
El joven se acerco con la
bebida y se sentó a su lado. Ella se corrió unos centímetros, como si le
temiera a la cercanía.
Emilio lo advirtió y le
dijo:
─Hey! quedate tranquila,
no te voy hacer nada, parece que fuera un ogro.
─No es eso, es que esta
situación es muy rara, no sé qué hago acá con vos, en tu casa, tu hija la cual
no sabia de su existencia, parece un cuento o una novela. ─ dijo ella mirando su vaso.
Emilio se lo retira, se
acerca y le dice:
─ A mi me pasa lo mismo,
parece un sueño tenerte en mi hogar o un deseo cumplido.
─Como? ─dice ella mostrando extrañeza en sus palabras.
─ Nada, no no dije nada,
no me hagas caso, no tiene sentido. ─expreso tartamudeando y mirando el piso.
─ Esa es tu computadora?
se parece a la miá. ─dijo ella señalando el
artefacto.
─si, gracias a ella, te conocí...
se acerco a un mas, ella
intento levantarse, pero el tomo su mano y le dijo:
─ Fue un error alejarme de
vos, no quise a hacerlo, pero tenia...
─ Que es eso, que paso
volando? ─ dijo ella sin dejarlo
continuar.
─ Mi nueva amiga...
-contesto el
─ Una mariposa azul?─pregunto ella
─ si! ─dijo el joven ilustrador mirándola embobado.
─ No puede ser cierto,
esto debe ser una broma – dijo ella levantándose bruscamente.
─ Por que decís eso, se
que no son muy comunes, pero se poso en mi hombro mientras andaba con mi bici y
desde ese entonces somos inseparables.
─ Es hermosa! no vas a
poder creerlo, pero hace unas semanas también llego a mi vida una. Y la tengo
en mi casa. Leí que vienen en pareja, y si la miá esta buscando a la tuya? ─ dijo ella con cara de asombro.
─Si la miá también esta
buscando a la tuya? ─ contesto mirándola y
tomando su mano.
─Puede ser,que este
encuentro no sea casual, quizás ella me llevo ti. ─Dijo ella, con una enorme sonrisa.
─ Entonces que se junten y
que no se vuelvan a separar.─ Palabras de el, tomando
a la mariposa y posándosela en su mano.
─ Que haces? Por que me
das tu mariposa- expreso ella.
─Para que se reúna con la que
vos tenes, por alguna razón una vino a mi y la otra a vos. Llévasela a su amor. dijo el clavando sus ojos en los de ella. ─Sos aun mas
hermosa de lo que te recordaba...
─Me tengo que ir, quédatela,
hasta que la feria termine y luego la paso a buscar. ─ le dijo tomo su bolso y espero que el joven le
abriera.
─ Te voy a estar
esperando, si querés te paso a buscar por la feria, acá a la noche es muy
oscuro. ─ dijo gentilmente.
─Gracias, has como te
parezca. Mandale un beso a tu pequeña princesa.─ Expreso ella.
─ Se lo daré, o mejor vos
se lo das cuando vengas a buscar la mariposa. Dijo el guiñando un ojo.
Antes de cerrar la puerta
contemplo como ella se iba para la feria que quedaba a tan solo tres cuadras
de su casa.
Una enorme sonrisa se le
dibujo, saber que ella estuvo en su casa y que además volvería, lo hizo saltar
por todo su departamento y cantar.
***
Ella llego a la feria, el
lugar era muy amplio, y había más de mil stand, llenos de libros y sueños de
autores conocidos y no tanto.
Al llegar, una señora muy
amable le dio la bienvenida y la escolto hasta su puesto. Era acogedor y estaba
muy bien sectorizado.
Miranda, estaba sumamente
excitada, así que respiro y logro relajarse. Acomodo en los estantes sus 50
libros. El resto lo repartiría los demás días. Arrancaría con la mitad, con la
actitud positiva de que llegaría a vender todos! Los cuales estaban ilustrados
y tenían la particularidad de llamar la atención desde su exterior hasta su
contenido.
La muchedumbre, comenzó a
llenar el enorme complejo. Los ruidos de los cochecitos, el papel de caramelo
que los niños abrían, las largas charlas de los presentadores, la acogedora
música ambiental del lugar. Todo era perfecto. La gente pasaba por su lugar y
se acercaba a charlar con ella. La joven con mucha amabilidad y entusiasmo, les
contaba de que se trataba la historia. Había muchísimos interesados, el éxito
era latente. Se arrepintió por no haber llevado mas ejemplares, pero recordó
que mañana volvería y llenaría más su estantería.
El aire acondicionado
estaba ideal, volviendo al lugar muy confortable. Los organizadores, se
acercaban con bebidas y algo de comer. La amabilidad de esa gente, llamo
muchísimo su atención. En su pais las
personas son un poco mas distantes...
Cuando las familias se
acercaban, ella les comentaba que la historia era fantastica y estaba construida vajo simientos netamente cotidianos y contemporaneos. fiajndo la atencion del publico y seguido a esto su compra inmediata. Sin duda era una historia que
atrapaba a todo tipo de lector.
El lenguaje era neutro,
por lo que no solo podía ser tomado en cuenta en su país sino también en todo, Latinoamérica
y en lengua hispana.
Las horas pasaron, y su
estantería, se estaba quedando vacía, eso la puso muy contenta, solo un libro
le quedaba, el cual a último momento también fue vendido.
El cierre del primer día,
se estaba acercando y había resultado todo un éxito.
La joven estaba cansada y
algo hambrienta. Tomo sus cosas y se retiro, saludando a las autoridades y muy
agradecida por el excepcional trato que tuvieron con ella.
Bajando las escaleras del
predio, levanta su vista y en la vereda la estaba esperando Emilio junto a su
linda hija.
Su cara se ilumino al
verlos. Y aprovecho para saludarlos:
─ Que linda sorpresa,
gracias por venir a buscarme! Pero no era necesario que se tomaran esa molestia.
─ No es ninguna molestia.
Ademas la princesa insistió que quería venir y no pude negarme. ─dijo el tomando en brazos a la niña.
Se dio comienzo la caminata hasta el destino del artista la misma fue realizada en silencio pero con una tmosfera agradable y festiva de aprte del rosto de ambos. a camino. Al llegar, la nena, la toma de la mano y
la tira corriendo para la casa. Allí pasan por el comedor y le enseña un
dibujo.
- Lo hizo para vos,
estuvo toda la tarde con esto.- dijo el joven sacando una bandeja del horno.
- Es muy lindo, muchas
gracias bomboncita! ─ le dijo y beso a la
criatura.
─A lavarse las manos que
ya están las empanadas calentitas. Eso va para las dos. ─ dijo el quitándole el bolso.
- Si no queda otra, no me
puedo negar al aroma de unas empanadas caseras, además estoy con mucho hambre.─ expreso la escritora dirigiéndose al lavabo junto con
la nena.
En el toilette, jugaron con
el agua y Miranda, tomo las manitas de la niña y se las seco. El escuchaba las
risas y disfrutaba de ese acercamiento.
Se sentaron en la mesa y comenzaron
a degustar las empanadas.
─Gaseosa o vino? ─pregunto enseñando
ambas.
Cuando le muestra el
vino, y ve que es la marca que ella elije dice:
─ Ese es el vino que a mi
me gusta! A si que sin dudarlo, elijo esa opción.
─Parece que tan distintos
no somos. Palabras de el, quien se sienta y comienza a cenar.
La cena fue muy agradable,
ambos charlaron con la nena, y se miraban cuando las partes estaban distraídas.
Mientras, estaban
comiendo el postre, se empiezan a escuchar unos truenos, que desataron una
enorme tormenta.
-No, puede ser! Tengo que
irme ya... ─ dice ella levantándose
de la mesa.
─Los truenos me dan miedo,
no te vayas.─ dice la niña que la toma
de las piernas.
-No temas, son solo
truenos, luces en el cielo, con ruido. La lluvia es algo lindo, ayuda a las
plantas, y a los animales. Es parte de la naturaleza. Expreso la joven tomándola
en sus brazos.
- Me contás otro cuanto,
así me olvido del ruido y me duermo?─ increpo la pequeña, acercándole un librito, chiquito
lleno de dibujos.
─ Claro, preciosa. ─ toma el objeto lo abre y comienza leer.
Emilio quien se encontraba levantando la mesa, entre plato y plato, mira esa hermosa escena, que ya había
vivido hacia unas horas atrás, y que viviría a cada segundo.
Cuando termina el cuento,
la niña, nuevamente se había quedado dormida. Ella la tenia entre sus piernas,
así que la acerca hasta la cama y la tapa. Todo de forma silenciosa para no
despertarla.
─Gracias por todo, la
comida estuvo riquísima! Pero tengo que irme, antes que la tormenta sea mas
fuerte. ─dijo Miranda y en ese
momento se larga un diluvio.
─Vos no te vas a ningún
lado, aquí se inunda con facilidad. Espera hasta que mejore, aunque lo mas
recomendable es que te quedes. Podes dormir con ella, yo aquí en el sillón me acomodo. ─ dijo el quitándo nuevamente su bolso.
─ Gracias, pero... ─ esbozo ella, interrumpida por el, que le dice:
─ Pero nada, no se hable más,
no voy a dejarte ir con esta tormenta.
─Me secuestraste?─dijo ella sonriendo
─Algo asi!- exclamo con sonrisa picara.
─ La mariposa? Vine por
ella, pero no la veo.─ Palabras de Miranda.
─Es verdad, yo tampoco, se
habrá escondido, la tormenta quizás la asusto. ─dijo Emilio.
─Acá es donde haces tus
creaciones? ─Pregunto ella, señalando
una mesa.
─si, ahí nacen mis
personajes.─ dijo el.─ querés tomar un café?
─Prefiero te, si tenes,
gracias.
El fue a preparar la infusión
y ella se quedo parada mirando por la ventana la lluvia caer.
El la observaba desde la
cocina y su cuerpo se estremeció. Pensaba en lo linda que era, y la suerte que
tenia de tenerla aunque sea ese ratito.
Distraída y por la
fuerza de la lluvia, no escucho cuando la llamo a tomar el te. Entonces se acerco,
poniéndose detrás , y le susurro al oido:
─Toma, espero te guste...
La joven tembló, su
proximidad la incomodaba y lo deseaba al mismo tiempo. Se dio vuelta y sus
rostros quedaron muy próximos, casi pudiendo sentir sus respiraciones. Sin
animarse a mirarlo, le agradeció, tomo la tasa y se aparto de su lado.
Se sentó en el sillón a
degustar la infusión. El joven la siguió y se sentó a su lado. Ninguno de los
dos pronunciaba palabra, solo tomaban sus bebidas mirando la tasa.
Emilio se acerco a su
computadora para pasar algunas canciones. La música se escuchaba calma y suave,
ya que no quería despertar a la pequeña.
Afuera llovía con
muchísima intensidad. Ella estaba muy cansada y puso su cabeza en el almohadón
del inmenso sofá, y cerro sus ojos.
El volvió a sentarse
junto a ella. Vio que tiritaba, así que
fue a su cuarto, tomo una manta de su armario y la envolvió suavemente con
esta. Ella abrió los ojos, y pudo ver la proximidad de su cuerpo junto a ella.
Era un momento mágico.
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