Mariposa Azul

                                                     
                                                
                                                                           
                                                                          
                                                                        
  
Mensaje inesperado

Una tarde de verano, Miranda se encontraba leyendo uno de sus libros preferidos en su habitación, con el ventilador medio recalentado, que emitía una leve brisa fresca. La misma le brindaba esa sensación placentera justa y necesaria para su bienestar. Le gustaba jugar con  las ondulaciones que generaba su vestido suelto cuando se encontraba con la brisa cálida y liviana del ventilador. Reposaba en su cama, con los pies descalzos los que deslizaba sobre la suavidad de la seda en las sabanas mientras sus ojos recorrían las hojas en ese capitulo romántico, que hacia que su corazón palpitara danzante y  las pupilas se dilataran por la sensación que le causaba ese momento especifico de la historia. Inmersa en la apasionante novela, sintió el tintinear del celular, ese sonido de campanas la volvió a la realidad. Presa por la curiosidad, dejo apartado el capitulo en su libro y tomo el artefacto electrónico para disipar la duda.  Al abrirlo descubrió un bello y misterioso mensaje de un extraño.  Alguien a quien ella no conocía, le había escrito unas bonitas palabras. Sus ojos comenzaron a revolotear por la habitación, leyó varias veces la frase y una sonrisa traviesa se colo por la comisura de su boca.
 Miranda, no era de las mujeres que estaba acostumbrada a recibir cumplidos de desconocidos. Por este motivo,  su mente especulo mil ideas para algo tan simple como un halago. Pero esto no paso ni remotamente por su cabeza. Al principio creyó que el sujeto se había equivocado de persona. Luego dijo muy convencida no ser la destinataria de esas palabras. Después, empezó analizar el significado de cada palabra. No convencida con ninguna conjetura. Tomo el teléfono y llamo a una de sus amigas, que estaría segura resolvería  la incógnita, pues estaba acostumbrada a recibir demostraciones de afecto de diferentes caballeros.. Así que sin dudarlo leyó las palabras y la ducha en el tema se rio, pues entendía de los códigos masculinos, dado que la soltería la había llevado a conocer muy bien a ese sexo. Florencia la experimentada, le dio la única explicación que tenía, era mucho más simple de lo que imaginaba. Esa persona le había dicho que le parecía muy linda, y le había enviado un beso. Claro que utilizo palabras poco claras y podría llevarla a  la confusión. Cuando Miranda escucho esto de su amiga, todo cobraba sentido, se sonrojo y no supo que responderle. Seria de muy mala educación y desagradecida dejar un comentario tan bonito al aire. Así que después de un rato de pensar su respuesta, opto por no escribir palabras sino enviar un emoticón sonriente. El cual resumía su contento y agradecimiento.
Los meses pasaban, ambos siguieron con sus vidas, ella sin embargo no entendía por qué razón, tenía la necesidad que aquel hombre volviera hablarle, era algo que deseaba, pero el tiempo transcurría y nada. Hasta que un dia mientras ella estaba sumergida en su nuevo libro, un parpadeo en su computadora color celeste, la distraía de su nueva aventura. Cuando chequeo el mensaje, se sorprendió al ver el nombre del destinatario. El sujeto misterioso le estaba hablando nuevamente. Ella sin entender la razón comenzó a ponerse contenta y nerviosa al mismo tiempo, había deseado tanto que llegara ese momento. Asi que guardo su trabajo y se tomo un agradable descanso. Pondría toda su atención en ese hombre. De esa manera se dio comienzo a la charla, el misterioso sujeto la saludo y le hizo  una pregunta, sobre algo específico que llamaba su atención. Ella no le dio la respuesta enseguida, de esa manera mantendría una conversación y podría conocerlo mejor.
El joven le dijo que se llamaba Emilio. Se lo veía muy interesado en la respuesta que ella trato de atrasar para charlar. Cuando noto que él muchacho no se  divierta con tanto suspenso, ella cedió el misterio dando respuesta al interrogante.
Sabía que con eso dejaría de hablarle, pero antes de que se enoje, creía que era lo mejor. Ya con que le haya hablado le bastaba para unas cuantas horas de sonrisas.
El joven intrépido al recibir la respuesta y a diferencia de lo que ella creía, comenzó a preguntarle cosas como para conocerla mejor, pareciera como si esa pregunta solo había sido una excusa para acercarse a ella. Las pupilas de Miranda se agrandaron, un color rosado se apodero de sus mejillas y ello que tanto deseaba se estaba concretando finalmente.
Así comenzaron a charlar, ambos se dieron cuenta que tenían muchas cosas en común. Y hablaron un buen rato, hasta que ella decidió terminar la conversación pues tenía cosas que hacer. Se despidieron y ambos coincidieron en que fue lindo y agradable conversar.
Miranda volvió a sus quehaceres, al igual que Emilio.  Pero en sus cabezas rondaban las palabras y emoticones que adornaron el encuentro cibernético.
Después de unos días, Emilio vuelve a contactar con Miranda, pero esta vez, la charla duro menos, la joven escritora la estaba esperando hacia días, en este caso  también el acercamiento fue a partir de algo superficial, otra excusa que encontró el joven para tener algún tipo de intercambio con esta mujer, que por alguna razón que el desconocía, llamaba su atención. Las chispas salían del teclado de ambos y las sonrisas silenciosas los acompañaban en cada tipeo.
 Al otro día, Emilio viajo a la ciudad de Miranda a visitar a un familiar que quería mucho y por un impulso mas rápido que su razón, decidió escribirle sin saber por qué motivo lo hacia. Miranda, mientras desayunaba sus tostadas de pan integral con semillas y  jugo de naranja exprimido, sintio el tintinear de su celular, ese sonido que le avisaba de donde provenía el mensaje. Con gran entusiasmo lo abrio deseando solo un destinatario y así fue. Emilio le envío un mensaje contándole que estaba visitando a un familiar y se encontraba cerca de donde ella residía. La joven sintió que era un gesto muy tierno,  solo hablaron unos minutos, pero en la cabeza de ellos se prolongo durante todo el día. Ella sintió especial que ese hombre abriera una puerta y le contara sobre su día y sus allegados. Pero al mismo tiempo se pregunto: “Por que me conto que estaba cerca de aquí, tenía ganas de conocerme en persona, esperaría que yo le dijera de vernos? Que complicado son los hombres, si era lo que quería por que no me lo dijo, encima fue tan especifico y si supiera lo cerca que estábamos…”
 Los días pasaban y no había noticias del joven misterioso. Pero los dos se tenían en mente. Algo que a Emilio no le gustaba pues se creía muy interesante con las mujeres y le gustaba tener varias en su lista. Pero Miranda, esa muchacha, ocupaba mas tiempo en su cabeza del que debería. Eso no le estaba gustando pues lo distraía y lo alejaba de su personalidad coqueta y seductora. No estaba hecho para una sola mujer…
 Miranda en cambio, era una joven soñadora y tenía una imaginación por demás creativa. De sus amigas era la mas timida y si bien su simpatía disimulaba su introspección, era muy inexperta en lo que al amor se refería, en especial desconocía el comportamiento de los varones, siempre la desconcertaban. Pero aunque no lo conociera demasiado, Emilio estaba empezando a ocupar un lugar en su camino, sentía una atracción por ese hombre que no podía negar.
Émilio, se notaba muy interesado en ella, veía sus fotos todo el tiempo y hasta alguno de los videos que ella había colgado en la net de sus escritos, se desconocía por completo, pasar horas mirando y fantaseando con una sola mujer no era algo que lo representara. Pero parece que las cosas comenzaban a cambiar.
Después de unos días, El misterioso caballero volvió a buscarla en el chat, pero a diferencia de otras veces, hablaron por horas y de todo. Él joven misterioso se abrió completamente a contarle su mundo y sus pasiones y ella hizo lo mismo. Contaron cada detalle de su vida, sus  experiencias  y como llegaron a vivir de lo que tanto aman.  Sin duda ambos estaban conectados por la misma pasión. Los unía el amor por el arte.
La escritora sentía que esa conexión crecía cada día mas, algo inexplicable que la gobernó desde el primer mensaje que le había enviado. Con el correr del tiempo algo crecía en ambos y ya no podían escapar de sus sentimientos.
 Miranda estaba próxima a cumplir años. Cuando llego el gran día, lo único que ella mas anhelaba era un mensaje del sujeto. Emilio, sabía de su festejo pero las obligaciones y un poco de expectativa que buscaba generar, lo llevaron a que la saludara recién cuando el atardecer empezaba a jugar con el cielo tiñéndolo de un rosa-anaranjado. Acompañado de este mágico momento llego el mensaje de su hombre cibernético. Ella temblaba de felicidad, la espera tuvo su recompensa, le envió un mensaje privado con unas palabras muy bonitas y creativas. Ambos se trataban de usted y se llamaban de una manera en particular. Pero ese apodo, resaltaba su gran pasión por el arte. La sonrisa de Miranda se había quedado cual estampa en su rostro con tan solo unas palabras, ese era su más preciado regalo.
Pasaron varios días hasta que Emilio volvió a comunicarse con ella. Era una noche de sábado, calida y con el cielo pintado de azul profundo y adornado con infinidad de perlas blancas Celestiales. El joven no aguantaba las ganas de saber de la muchacha, pareciera como que la extrañaba, pero a pesar de saberse tan galante con las mujeres, con esta era diferente, lo ponía nervioso e inseguro, asi que pensó varias maneras de acercarse hasta que encontró una excusa. En esta ocasión solo le hizo una pregunta, esperaba con ansias una respuesta, quizás algo mas de parte de ella…
  Miranda, estaba mirando una película y comiendo unos pochoclos, cuando escucho el sonido que tanto anehelaba, pero no imaginaba que fuera Emilio, cuando vio que efectivamente era el hombre deseado, comenzó a saltar por sus adentros y le respondió, disimulando toda su felicidad de una manera amena. El la noto distante, a ella le paso lo mismo, pues le agradeció y luego se desconecto El joven no entendía su comportamiento, que es lo que quería de ella, le pregunto una tontería y se desconecto, parecía un niño, eso no le gustaba. Asi que llamo a sus amigos y se fue a un bar a pasar la noche y conocer otras féminas.
Miranda, arqueo sus cejas, no esperaba que se desconectara,  su actitud la dejo pensando ya que el motivo de su acercamiento era algo que podía haberlo buscado en cualquier lado. Asi que lo mas probable es que haya sido una excusa para intercambiar palabras ya que había sido por la noche en un horario que podía quizás significar que la extrañaba.
 Las cosas se dieron vuelta, ya que se acercaba el cumpleaños de Emilio. Hasta la proximidad de su nacimiento tenían en común. Miranda, no se apresuro en contactarlo pues no quería mostrar tanto interés en ese sujeto que por momentos la desconcertaba, así que espero hasta entrada la noche y al salir la primera estrella, le envió un lindo mensaje para felicitarlo por su dia. Emilio, respondió velozmente y con bellísimas palabras de agradecimiento, tratando de disimular lo desesperado que estaba por su mensaje.
Aun Miranda no podía entender como ese hombre la dejaba pensando y le daba tanta alegría. No lo conocía en persona, solo veía sus fotos, pero él estaba en su cabeza más tiempo del que ella quería.
Emilio, que era muy canchero con las chicas, tampoco concebía porque Miranda, lo hacía sentir de esa manera tan especial y como pasaba tanto tiempo revoloteando por su mente.
Llego un nuevo día, el misterioso muchacho volvió hablarle con cualquier excusa, solo un ratito y se desconectó sin despedirse. La joven noto que su comportamiento comenzaba a tornarse raro, pero lo dejo pasar, tampoco lo conocía mucho como para saber cómo procedería. Y ella no se dejaba llevar por tonterías, después de todo el siempre se acerco a la joven escritora.
Después de esa vez no volvieron hablar por mucho tiempo. Ella lo extrañaba, pero veía por las cosas que él publicaba en su página, que estaba pasando por una situación bastante triste. Ambos se sinceraron en las conversaciones sobre su vida , en lo que respecta a sus seres queridos, pero no mencionaron su situación sentimental. Excepto una conversación que lo llevo a Emilio expresar que no tenia pareja. Pero sus conversaciones no tomaban ese camino. La  distancia entre ellos había sido inesperada y abrupta así que es muy posible que el joven hubiera cambiado eso en su vida.
 La soñadora e imaginativa Miranda, pensó que su tristeza se debía a una perdida que si bien podía ser amorosa, también podría ser familiar, quizás alguna mujer le rompió el corazón, o perdió a alguien a quien quería mucho. Como escritora, la joven tejía constantemente historias en su mente y desde pequeña jugaba a imaginar cómo podría ser la vida de otras personas. Por eso, todo lo analizaba, quizás hubiera sido mas fácil preguntarle que le sucedía, pero estaba muy alejado como para acercarse…
Después de un tiempo, la joven se encontraba  chequeando sus mails y  el desaparecido le envía un saludo. Miranda creía que Emilio se había olvidado por completo de ella. Por eso al ver que el  estaba saludándola, sus manos comenzaron a transpirar y se puso nerviosa. Luego de un ratito le respondió muy entusiasmada. Él extraño joven espero la respuesta, sus manos también temblaban, pero si bien quería quitarse a esa joven de la cabeza, pues estaba teniendo demasiada exclusividad, algo se adueñaba de el y no lograba contener sus impulsos, al recibir lo que deseaba se desconectó. Miranda desconcertada por la actitud se dijo a si misma: “Que hombre mas raro, a que esta jugando? Estaba haciendo cosas y si bien me encanto recibir una señal, no podía contestarle en el momento, quizás se ofendió, pero no lo entiendo, porque me saluda, espera que lo salude y luego se desconecta, hay algo que está esperando de mi y no se anima a decirme o simplemente soy un juego para el?
La mujer volvió a quedarse pensativa, esos jueguitos infantiles ya la estaban cansando que estaba ocurriendo con este hombre, que buscaba de ella, llamaba su atención y luego desaparecía, si bien era una chica inocente, de boba no tenía nada. Así que dejo a un costado su celular y retomo su escritura.
 Confusa en sus pensamientos, necesitaba la mirada ajena, una perspectiva diferente que abra sus ángulos, asi que decidió contarles lo sucedido a varias de sus amigas y todas coincidieron en afirmar que el sujeto era un histérico y molesto. Pero ella no creía esas palabras, algo había entre ambos, algo fuerte, que a él lo asustaba tanto que se acercaba y al mismo tiempo se alejaba.
 La joven sentía que el sujeto desconcertante se hallaba  triste, que algo le estaba pasando, así que le envió una sonrisa y unas palabras para ayudarlo a mejorar su estado. El muchacho triste se lo agradeció, realmente estaba pasando por un momento por demás complicado y angustiante asi que sin mas y sin hondar en el tema le envió otra sonrisa y desde ese día no volvieron hablar.
Al poco tiempo la muchacha vio que él confundido joven ya no estaba en internet, que se había dado la baja de la cuenta. Sus ojos se apagaron, respiro hondo y lo despidió imaginariamente. Se quedo pensando como siempre los motivos de su lejanía y se reprocho no haber tenido el valor, de preguntarle que le sucedía.
 Todos los días lo buscaba para ver si el hombre misterioso había dejado atrás el dolor y se había reconciliado con el mundo cibernético. Pero ni rastros de el… Hasta que una mañana en sus tantas búsquedas esperanzadas, descubrió que estaba nuevamente en el mundo ciber pero ella no era parte de sus contactos. Mil pensamientos pasaron por su mente, primero una enrome tristeza y decepción, luego furia y bronca. Pero no sabía que le sucedía con ese hombre, ya que se sentía increíblemente agradecida de conocerlo y si el joven misterioso decidió alejarla de su vida, ella lo entendería.  Llego a pensar que quizás se sentía bien con él, pero a Emilio no le pasaba lo mismo, hasta llego a suponer que no la soportaba y se la quería sacar de encima o mejor aún, seguro perdió el interés en ella y ahora tiene algún otro interés mayor.
Todos los días pensaba que pudo haber pasado, miles de hipótesis tejía su mente, su imaginación iba por lugares demasiados rebuscados, así como el mensaje que le envió aquel primer día. Aun no podía entender como la quito así de su vida… Hasta que llego a una clara y obvia conclusión, solo fue su gran imaginación, armo todo un mundo de fantasía en el que lo idealizo. Emilio según ella especulaba, solo la había utilizado como distracción, pero ya era parte de su olvido y no la quería más en su grupo de amigos.
 Después de esta experiencia decidió no volver a confiar en ningún hombre que le adornara el oído con bonitas y coloridas palabras y solo llevaría su atención a lo que la motivaba y encendía  la vida, su profesión.

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